Ama, se dio por vencida. Había actuado de forma estúpida. Se sintió realmente desolada. Se ahogaba en su propio dolor sin tener ningún salvavidas . Ane, se había equivocado. Aquello nunca habría resultado; aunque ella lo sabía ,había querido creer que todo era posible. Que ella también podía ser feliz, pero al fin y al cabo su destino sería acabar casada y con hijos. Se sintió ridícula por lo que acababa de hacer...¿ Cómo iba querarla una niña? ¿ Alucinaba?
-Lo siento. No te molestaré más-Dijo Ama aguantando las miles de lágrimas que se acumulaban sobre su alma. Salió de la cocina. No se molestó en correr, ello no la haría olvidar nada de lo que había pasado. Nadie puede escapar al desamor. Este, te persigue hasta el fin del mundo; se cobra las alegrías de tu alma a base de amargas lágrimas.
Una vez alcanzó su cuarto, se puso a escribir. Su pluma acababa incansable una nueva novela sin final feliz. Total, no existían. Nadie puede pintar lo imposible sin parecer incoherente. Dios, no deja que cambies los retazos de tu existencia por pinceladas felices. Con un poco de suerte, poco a poco perdería su ensencia. Deseó, casarse más que nunca. Así olvidaría la felicidad y se enterraría ella misma; dejando de respirar el aire de la vida.