Cerca de un árbol

Me acaricio un poco la mejilla, y sonrio.
-Ya veo...
Parpadeo un par de veces, y me quedo unos segundos como ida. A pesar de mis miedos, empiezo a entender que, igualmente, tarde o temprano me iba a pasar algo parecido, aunque podría haber sido de otro modo.
-Al parecer sabes mucho sobre éste sitio, ¿no es así?

Me mordí el labio inferior. No quería profundizar mucho en lo que se trataba de su vida, porque realmente no teníamos tanta confianza. Igualmente, quería seguir hablando con ella, pero...
Una pregunta surcó mi mente, y no lo pensé dos veces y la formulé:
-Oye... ¿Cómo es que se te ha ocurrido hablarme a mí, a la nueva? Mi primera experiencia fue un recibimiento a mala leche...

Carraspeé un poco. Yo creo que la pregunta no estaba mal formulada, aunque claro... no es que precísamente tenga yo dotes para congeniar con la gente.
-Bueno... soy nueva, y soy rara. Mis padres no están atentos a mí, y seguramente me recordarán cada "x" tiempo. -Me quedé un par de segundos callada. -No se me acercan muchas personas a mí, sólo por mi madre. Ella es actriz, y yo soy la persona que está bajo su sombra... y... por eso... nunca he tenido una... personalidad propia.

Asiento lentamente, y sonrio levemente.
-Mi madre... es que actuó en un par de películas, ella es más de hacer teatros en vivo. -Comenté. -Y sí, quiero salir de esa sombra... me muero de ganas. -Sonreí timidamente.

Mi corazón empezó a latir con una fuerza sorprendente. Al verla así, bajo la luz del sol, mis mejillas se ruborizaron, y mi cuerpo tembló levemente. Tragué saliba y me quedé mirando su mano.
-A... salir...
Finalmente, cogí su mano, y la miré a los ojos, un tanto nerviosa.

Mis mejillas se ruborizaron, y mis ojos se abrieron de par en par. Mi corazón comenzó a bombear sangre con fuerza, y tuve que separarme de Jane para poder respirar bien.
Desvié la mirada y me coloqué bien las gafas, que se me habían resbalado un poco. Me puse la mano en el pecho.

Negué la cabeza varias veces, tanto que se me cayeron las gafas.
Me quedé mirándolas unos instantes, y luego me puse las manos en la cabeza.
-Arg... qué tonta...
La miré a ella por el rabillo de ojos. Debía serenarme un poco.
Me agaché y fui a coger las gafas.

Negué con la cabeza. Cogí las gafas y me las puse con prisas. Luego miré hacia algún lado para no tener que mirarla directamente a los ojos.
-No, es que... verás... yo... Bueno... no sé lo que me pasa... me ha entrado el pavo o algo... no sé... -Dije nerviosa.

Si antes no tenía fiebre, ahora mismo sí, por lo menos unas décimas. Mis mejillas me ardían como llamas incandescentes, y mi cuerpo temblaba, tambaleándose.
Sin poder evitarlo, me caí al suelo, quedándome sentada.
-Ay...



[cara de Edwina: @________@]

Asentí levemente. Necesitaba beber algo para que mi cuerpo se refrescara.
¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué estaba actuando de aquella manera? No era normal en mí. No quería reaccionar así, pero... sin embargo...
Sólo sabía una cosa: Era por ella.

Bebí con avidez. Me encontraba bastante mal, y mi piel me ardía. No era muy normal en mí tener este tipo de sensaciones, y pensé que podría deberse a una insolación, como bien dijo Jane.
-... Gracias. -Musité.

Negué con la cabeza.
-Sólo... necesito habituarme a este ritmo de vida y tal... donde vivía no hacía tanto sol... era más nublado. -Susurré, a modo de excursa.