La noche empezaba a caer en la escuela, y el tono anaranjado del atardecer cubría los jardines, dando un aspecto calido.
Soplaba una brisa que ayudaba a mantener la temperatura agradable.
Hikari se sentó junto a un árbol, escuchando el canto de buenas noches de los pájaros, observaba alguna mariposita revolotear entre las flores, y ya algunas luciernagas "madrugadoras" empezaban a aparecer.
Hikari suspiró, algo más tranquila al observar el armonioso paisaje, y empezó a darle vueltas a todo lo que había pasado ese día.
Sitio nuevo, gente nueva, no estaba segura de que todo esto le gustase, la verdad, queria irse a casa, pero esperaría un poco para decidir qué hacer exactamente ...
Todo lo que había hablado con Jane se repetía una y otra vez en su mente, también surgían de vez en caudno las palabras del Director: "No sirves", había dicho.
Doblando las rodillas, apoyó la cabeza en ellas, abrazandolas con los brazos, mientras seguía observando las luciérnagas.