Si nos pillan.. somos sonámbulas ¿eh?

La miro de reojo con una sonrisa pícara en los labios y ella me duelve la mirada con complicidad.
"Ya sé a quién llamar cuando quiera liarla", pienso con diversión.

-A propósito...¿por qué tú no quieres dormir?

Vale, esto no me lo esperaba.

Más de lo mismo- le digo volviendo la cabeza hacia otro lado y bajando el tono de voz.

La rubia me inspira confianza y no sé por qué.

-A veces no tener recuerdos es mejor que tenerlos. Al mnos así, si son malos, los ignoras. Duele más cuando tienes una vida por delante y te la arrebatan de golpe. Cuesta más olvidarlo.

La escucho mientras le mantengo la mirada, y luego le respondo en el mismo tono de voz que ella. Sin darnos cuenta, nos detenemos y ella se apoya en una columna y yo me siento en el alféizar de una venta, en frente de ella.

-Sí, supongo que no es muy alentador no tener ni idea de quién eres... ni haber conocido a tus padres ni nada. Pero al menos no tienes a nadie a quien echar de menos... Yo tenía una vida normal, o bueno, aparentemente normal, pero era una vida. Y me la quitaron.

Sonrío un poco ante la pregunta. Me hace gracia cómo lo ha expresado.

-Más o menos. Los mataron. Me mudé al sur cuando tenía catorce años recién cumplidos. De pequeña me crié en Suiza, donde mi padre me enseñó a pelear desde que tenía cinco años. Estando allí era un bicho raro, no tenía amigos, en el colegio se metían conmigo por todo y yo era la típica niña marginada. Lo típico. Esas cosas me daban igual, no tenían importancia. A menudo me aburría hablar con la gente, así que en cierto modo hasta agradecía no tener amigos. Estaba mejor sola, siempre entrenando. Era mi pasión. Mi padre era duro, pero ahora se lo agradezco. Me ha servido de mucho todo lo que me enseñó. Pero un día, de buenas a primeras, llegan los nazis, estalla una guerra, y nosotros tenemos que huir. Mi madre era judía. Estuvimos unos meses escondiéndonos en distintos países, mi padre tenía muchos amigos que nos ayudaron. Pero una noche, durante nuestro escondite en la casa de un amigo de mi padre, nos encontraron.

-No es culpa tuya- le digo soriendo.- Además, no todo es malo. Antes de que pasara todo eso, estuvimos un año largo aparentemente a salvo. Un amigo de mi padre nos consiguió una documentación falsa, y nos consiguió una casita modesta a las afueras de un pueblo muy tranquilo en un pais del sur. No recuerdo el nombre. En aquel momento pensé que todo se había acabado, porque los meses pasaban y nadie venía a arrestarnos ni nada, hasta hice amigos, entré en un grupo como vocalista y guitarrista, iba al gimansio, leía...una vida normal. Pero bueno, nos encontraron. Y ya ves. Yo conseguí escapar, y he estado dando vueltas sin rumbo por el mundo desde entonces. Llegué aquí casi de casualidad. No me he criado en la calle toda mi vida, pero sí he aprendido a cuidarme sola.

-Yo no quiero irme- le digo sonriendo.- Es lo más parecido a una casa que he tenido desde hace tiempo. Comida, gimnasio, lavandería, piscina...todo gratis- le digo de broma.- Esto es el paraíso.- le digo animándome un poco.- Las pesadillas se irán tarde o temprano. Duele tener que aceptar que tu vida se ha acabado y que las únicas personas que te querían ya no están, pero se consigue, aprendes a ser dura y punto. No queda otra. Además, esta vida no está mal- añado sonriendo- Hago lo que quiero y cuando quiero, voy a donde me apetece, nadie sabe quién soy, no tengo identidad...soy libre ^^

-Sí, supongo que todo paraíso tiene su lado infernal. Pero es mejor que nada. Ahora puedo empezar de nuevo, ¿sabes? No sé, tener amigos, un sitio al que volver...algo. Es mejor que nada. Cuando salgamos de aquí las dos, nos reiremos de esta conversación - le digo con ilusión.

-Yo no sé a dónde iré. Tal vez vuelva a Suiza, o tal vez siga viajando. Durante los años que estuvimos huyendo me recorrí media Europa. A lo mejor me instalo en alguno de esos países. Pero, eh, ni se te pase por la cabeza penasr que te vas a librar de mí. Seguiremos en contacto siempre. Eso si no me da por perseguirte y ayudarte a entontrar a tus padres...- y vuelvo a sonreír.

-¡No me llames pequeña, rubia de bote!- y se me escapa una sonrisa de las que hacía tiempo que no soltaba.- Yo también te deseo lo mejor ^^